lunes, 29 de enero de 2007
Cómo tú por aquí
Soy mi propio yo rebotando en las paredes de mi propio interior. Impropiamente dicho, motu proprio resaltado. Conclusión: dejémoslo inconcluso, que todo está por demostrar y carecen de pruebas algo más que circunstanciales. Remotísimas. Palos de ciego contra mis fantasmas. No hay dolor, vaya por Dios. Eso tan espeso.
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