Mi vida está llena de bultos más o menos gordos. Subdivididos en tres o cuatro clases o jerarquías, destacan los biliosos sobre los purulentos y éstos sobre los adiposos, acuosos -o vejigas- u otros cualesquiera sean -black points, by the way-. Sé que puede resultar paradójico contárselo a un imbécil, por lo tal aquí lo suelto: soy poco dado a las figuras poéticas carentes de metáfora.
No has de preocuparte si no comprendes lo que, en términos absolutos, pretendo hacerte asimilar. Tampoco yo, que lo paro, tengo la más remota noción de lo que puede significar, aunque sepa perfectamente a qué me estoy refiriendo.
No esperarás que me disculpe. Sólo escribo.
miércoles, 7 de marzo de 2007
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